domingo, 12 de junio de 2022

LA SANTA TRINIDAD

12 de Junio de 2022
Lecturas: Proverbios 8:1–4, 22–31. Hechos 2:14a, 22–36. Juan 8:48–59

El Dios Trino se revela en Cristo Jesús

    La divina Palabra del Padre es también la santa sabiduría que “estaba junto a él, como un maestro de obras”, que “era su delicia de día en día, regocijándose siempre en su presencia” (Prov. 8:30). Este Verbo se hizo carne y padeció la muerte para dar vida mediante la predicación de su Evangelio “a los hijos de los hombres” (Prov. 8:4).

    Él honra al Padre, y el Padre lo glorifica al resucitarlo de entre los muertos, para que todos los que guardan Su Palabra “no verán muerte jamás” (Juan 8:51). Hace mucho tiempo, “el padre Abraham se regocijó” en el día de Cristo, porque “lo vio y se alegró” (Juan 8:56).

    Aunque Cristo fue “crucificado y muerto por manos de inicuos”, “Dios lo resucitó, libre de los dolores de la muerte” (Hechos 2:23, 24). Así como Él “recibió del Padre la promesa del Espíritu Santo” (Hechos 2:33), así es por y a través del Hijo que Dios Padre derrama el Espíritu Santo sobre Su Iglesia.

sábado, 4 de junio de 2022

EL DÍA DE PENTECOSTÉS

5 de Junio de 2022
Lecturas:  Génesis 11:1–9.  Hechos 2:1–21. Juan 14:23–31

El Espíritu Santo da la paz


    Después del diluvio, los descendientes de Noé no se esparcieron ni llenaron la tierra como Dios les había dicho. Más bien, se exaltaron a sí mismos; con “un mismo lenguaje y las mismas palabras” (Gén. 11:1), hablaban con orgullo y arrogancia. El Señor los humilló al confundir “el lenguaje de toda la tierra”, dividiendo y dispersando al pueblo (Gén. 11:9). 

    Esa dispersión se revirtió el día de Pentecostés (el día 50 de la Pascua), cuando Dios hizo que el único Evangelio del Señor Jesucristo fuera predicado en una multitud de idiomas. “A este sonido se congregó la multitud” (Hechos 2:6), porque la predicación de Cristo es la obra principal del Espíritu Santo, mediante la cual reúne a personas de todas las naciones en una sola Iglesia. 

    El Espíritu Santo enseña y nos recuerda las palabras de Jesús, que son las palabras del Padre que lo envió. Estas palabras otorgan perdón y paz a quienes las guardan y se aferran a ellas en amor a Jesús. “La paz os dejo; mi paz os doy. Yo no os doy como el mundo da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo” (Juan 14:27).


CUARTO DOMINGO DE PASCUA

21 de abril de 2024 Lecturas: Hechos 4:1–12 1 Juan 3:16–24 Juan 10:11–18 Jesús, el Buen Pastor, da su vida por las ovejas      El Señor Jesú...