31 de
enero de 2021
Lecturas:
Deuteronomio 18: 15-20. 1º Corintios 8: 1–13. Marcos 1: 21-28
Como prometió, el Señor nuestro Dios ha levantado "un profeta" como Moisés, es decir, Jesús, nuestro hermano en la carne. “A él escucharás”, porque la Palabra del Señor está “en su boca” (Deut. 18: 15-18).
De hecho, es más que un profeta y más que un escriba de las Escrituras; Él es el Verbo encarnado y habla “una nueva enseñanza con autoridad” (Marcos 1:22, 27). Él entra en “la sinagoga” de Su Iglesia y proporciona el verdadero descanso sabático, usando Su autoridad para silenciar y expulsar “aun los espíritus inmundos” (Marcos 1: 21-27).
Por su
Palabra de la cruz, quita las acusaciones de la Ley y del diablo, y limpia nuestras
conciencias ante Dios Padre, "de quien son todas las cosas y para quien
existimos". Por lo tanto, ahora somos liberados de la esclavitud y somos
encomendados a Dios por el único Señor, Jesucristo, "por quien son todas
las cosas y por quien existimos" (1 Cor. 8: 6). Por lo tanto, use su
libertad para cuidar a sus hermanos y hermanas, sin hacerlos tropezar ni herir
su conciencia (1 Cor. 8: 9-12), sino limpiándolos y fortaleciéndolos con el
Evangelio.
https://www.lcms.org/worship/lectionary-summaries