SEXTO DOMINGO DE PASCUA

25 de mayo de 2025.
Lecturas: Hechos 16:9-15. Apocalipsis 21:9-14, 21-27.Juan 16:23-33 o Juan 5:1-9

Oramos al Padre en el nombre de Jesús

    “En el mundo tendréis tribulaciones. Pero confiad: yo he vencido al mundo” (Juan 16:33). Jesús ha abierto el camino hacia el Padre para que “todo lo que pidáis al Padre” en su nombre, “os lo conceda” (Juan 16:23). 

    Oramos, por tanto, con la confianza de que seremos escuchados y respondidos, para que nuestro gozo sea completo (Juan 16:24). Oramos porque el Evangelio nos ha sido predicado y el Señor ha abierto nuestros corazones para creer en él (Hechos 16:10, 14). 

    Oramos en el nombre de Jesús porque hemos sido bautizados en Él, como Lidia y su familia (Hechos 16:15). Hemos sido sanados y vivimos, andamos y oramos en una vida nueva (Juan 5:8-9). Porque nos asentamos sobre el firme fundamento de los doce apóstoles del Cordero (Apocalipsis 21:14), y nuestro templo es el Señor Dios Todopoderoso y el Cordero (Apocalipsis 21:22).

QUINTO DOMINGO DE PASCUA

 18 de mayo de 2025.
Lecturas: Hechos 11:1-18. Apocalipsis 21:1-7. Juan 16:12-22 o Juan 13:31-35

Jesús transforma la tristeza en alegría.

    En la tierra, «estarán tristes, pero su tristeza se convertirá en alegría» (Juan 16:20). El Espíritu ya les concede paz y alegría mediante el perdón de sus pecados. Porque por la cruz de Cristo, «Dios ha concedido el arrepentimiento que conduce a la vida» (Hechos 11:18). 

    Su Evangelio es «un mensaje por el cual serán salvos, usted y toda su casa» (Hechos 11:14). Él da gratuitamente «de la fuente del agua de la vida» (Apocalipsis 21:6), «y la muerte ya no existirá» (Apocalipsis 21:4). 

    Él mora con su pueblo, adornando a su Iglesia como una novia para su esposo, «haciendo nuevas todas las cosas» (Apocalipsis 21:5). Por lo tanto, así como el Hijo del Hombre es glorificado en su cruz, «y Dios es glorificado en él» (Juan 13:31), así también él es glorificado en nosotros por nuestro «amor mutuo» (Juan 13:35), que su Espíritu obra en nosotros por su gracia.

CUARTO DOMINGO DE PASCUA

11 de mayo de 2025.

Lecturas: Hechos 20:17. Hechos 20:17-35. Apocalipsis 7:9-17. Juan 10:22-30

"El buen pastor cuida de sus ovejas"

    Jesucristo, el Hijo de Dios, vino del Padre y se hizo carne entre nosotros para rescatarnos, sus ovejas. Dio su vida por nosotros y la volvió a tomar para darnos vida eterna. Mediante la predicación de su Evangelio, llama a sus ovejas a sí y las guarda con él para siempre. 

    Al escuchar su voz y seguirlo, «no perecerán jamás» (Juan 10:28), porque «nadie puede arrebatarlos de la mano del Padre» (Juan 10:29). De la misma manera, los pastores fieles (literalmente, «pastores») «cuidan de la iglesia de Dios, la cual él adquirió con su propia sangre» (Hechos 20:28), «dando testimonio tanto a judíos como a griegos del arrepentimiento para con Dios y de la fe en nuestro Señor Jesucristo» (Hechos 20:21). 

    Por lo tanto, con toda la compañía celestial, el Buen Pastor reúne a su rebaño en adoración, mientras exclaman: «¡La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero!» (Apocalipsis 7:10).

TERCER DOMINGO DE PASCUA

4 de mayo de 2025
Lecturas: Hechos 9:1-22. Apocalipsis 5:(1-7) 8-14. Juan 21:1-14 (15-19) 

El buen Pastor apacienta a sus corderos 

    “Digno es el Cordero que fue inmolado” (Apocalipsis 5:12), quien por su cruz venció el pecado y la muerte. Con su sangre, “rescató para Dios a gente de toda tribu, lengua, pueblo y nación” (Apocalipsis 5:9).

    Este mismo Señor Jesús visita a personas de todas las naciones y las llama a sí mismo por medio del Evangelio, tal como “se manifestó a los discípulos después de resucitar de entre los muertos” (Juan 21:14).

    Restauró la fe y la vida de Simón Pedro, y le encargó apacentar a sus corderos y cuidar de sus ovejas (Juan 21:15-17). Asimismo, se reveló a Saulo de Tarso y lo llevó al arrepentimiento, para que el perseguidor de Jesús pudiera llevar y confesar su nombre “delante de los gentiles, de reyes y de los hijos de Israel” (Hechos 9:15).