30 de noviembre de 2025,
Lecturas: Isaías 2:1-5. Romanos 13:11-14. Mateo 21:1-11 o Mateo 24:36-44
El Señor viene con mansedumbre y humildad para salvarnos ahora.
El Señor Jesús entra en Jerusalén “humilde y montado en un asno”, montado en “una bestia de carga” (Mt. 21:5), mientras Él mismo carga con los pecados del mundo en su cuerpo. Ahora viene por el ministerio del Evangelio para salvarnos del pecado, la muerte, el diablo y el infierno.
Por eso, cantamos: “¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!” (Mt. 21:9). Porque somos llamados “al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob”, su Santa Iglesia, “para que nos enseñe sus caminos y andemos por sus sendas” (Is. 2:3). Por su Palabra, “andamos a la luz del Señor” (Is. 2:5). Eso es vivir en amor, que “no hace mal al prójimo” (Ro. 13:10).“Desechamos las obras de las tinieblas y nos revestimos de las armas de la luz”, porque “la salvación está más cerca de nosotros ahora que cuando creímos” (Ro. 13:11, 12). Por lo tanto, toda la vida cristiana es un tiempo para estar alerta y vigilar, “porque no sabéis en qué día vendrá vuestro Señor” (Mt. 24:42).



