sábado, 19 de septiembre de 2020

Reflexión del 16º Domingo de Pentecostés

Los discípulos viven en sus vocaciones por gracia mediante la fe en Cristo

Los que son enviados como “obreros para su viña” (Mateo 20: 1) representan la amplia diversidad de vocaciones a las que están llamados los discípulos de Cristo Jesús. 
Cualesquiera que sean nuestras estaciones particulares en la vida, estamos llamados a vivir y servir por fe en Sus promesas. Nuestras labores no merecen nada ante Él,
porque Él ya es generoso con todos sin parcialidad. En misericordia, Él ha elegido llevar "la carga del día y el calor abrasador" por nosotros, para hacernos iguales a Él y darnos lo que le pertenece, es decir, el reino de los cielos (Mateo 20: 12-15). Este camino del Señor es necedad para el mundo y ajeno a nuestros pensamientos, pero Él se acerca para “ser hallado” (Is. 55: 6), “ten compasión” y “perdonad ampliamente” (Is. 55: 6).: 7). Así es que nos encontramos en Cristo Jesús, y Él es honrado en nuestros cuerpos, "ya sea por vida o por muerte" (Fil. 1:20), por "trabajo fructífero" (Fil. 1:22) o por sufrimiento. Es por la fe en Su perdón que nuestras obras son “dignas del evangelio” (Fil. 1:27).

https://www.lcms.org/worship/lectionary-summaries

 

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