2° DOMINGO DESPUÉS DE LA TRINIDAD
13 de junio de 2021
Lecturas: Ezequiel 17: 22–24. 2 Corintios 5: 1-10 (11-17). Marcos 4: 26–34
“LA CRUZ DE CRISTO ES EL ÁRBOL DE LA VIDA, QUE DA FRUTOS ABUNDANTES SEGÚN SU PROPIA ESPECIE”
“En la altura del monte de Israel”, planta una ramita tierna y tierna, y se convierte en “un cedro noble”. De hecho, su propia cruz se convierte en el árbol de la vida, bajo el cual morará “toda clase de ave” y en la que “anidarán aves de toda clase” (Ezequiel 17: 22-25). Su cruz es nuestro lugar de descanso, incluso cuando ahora estamos en cuerpos mortales, “gemimos, abrumados” (2 Corintios 5: 1–4).
Sin embargo, en la fe, vivimos para Dios en Cristo, quien por nosotros “murió y resucitó” (2 Corintios 5:15). Sabemos que, en Su cuerpo resucitado, “tenemos un edificio de Dios, una casa no hecha por manos, eterna en los cielos” (2 Corintios 5: 1).
https://www.lcms.org/worship/lectionary-summaries
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