12 de mayo de 2024
Lecturas: Hechos 1:12–26 1 Juan 5:9–15 Juan 17:11b–19
Cristo el Sumo Sacerdote nos preserva en el nombre de Su Padre.
En la víspera de Su Pasión, Cristo Jesús intercede por los discípulos como su misericordioso y gran Sumo Sacerdote. Él ora para que Su Padre los proteja “del maligno” y los conserve en Su nombre (Juan 17:11–12, 15). Junto con Su oración, Cristo mismo se acerca al Padre a través de Su sacrificio en la cruz, consagrándose así por el bien de Sus discípulos, “para que también sean santificados en la verdad” (Juan 17:19).
Con ese mismo propósito, Él les habla en el mundo y les da la Palabra de Su Padre, es decir, a Él mismo. Sus apóstoles, a su vez, han escrito estas cosas “a ustedes que creen en el nombre del Hijo de Dios, para que sepan que tienen vida eterna” (1 Juan 5:13). Porque “esta vida está en Su Hijo”, a quien Él ha dado por Su Palabra, y “quien tiene al Hijo tiene vida” (1 Juan 5:11–12).
Por este testimonio apostólico, los discípulos se reúnen “con un solo corazón”, como un solo Cuerpo en Cristo, “dedicándose a la oración” y esperando al Señor en “la sala superior” de Su Iglesia en la tierra (Hechos 1:13–14).
https://www.lcms.org/worship/lectionary-summaries

No hay comentarios.:
Publicar un comentario