11 de agosto de 2024.
Lecturas: 1 Reyes 19:1–8. Efesios 4:17—5:2. Juan 6:35–51
El Señor Jesús nos alimenta con Su Carne, para fortalecernos con Su Propia Vida
Dios el Padre envió a Su Hijo al mundo, para que el mundo tuviera vida en Él. Ahora Él te “atrae” a Su Hijo, Cristo Jesús, mediante la predicación de Su Evangelio. “Todo el que ha oído y aprendido del Padre” viene a Jesús, quien nunca lo rechazará, sino que “lo levantará en el último día” (Juan 6:44–45).
Él es “el pan de vida”, que “descendió del cielo” en la carne, para que tú puedas comer de Él y “vivir para siempre” (Juan 6:48–51). Aunque “el viaje es demasiado grande para ti”, en la fuerza de este alimento llegarás a “la montaña de Dios”. No temas, y no desesperes, sino “levántate y come” (1 Reyes 19:5–8).
Y “no andes más como los gentiles, en la futilidad de sus mentes” (Efesios 4:17), sino “anda en amor, así como Cristo nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros” (Efesios 5:2).
En Él, has sido “creado a la imagen de Dios en verdadera justicia y santidad” (Efesios 4:24). Por lo tanto, “sed imitadores de Dios, como hijos amados” (Efesios 5:1), “perdonándoos unos a otros, así como Dios en Cristo os perdonó” (Efesios 4:32).
https://www.lcms.org/worship/lectionary-summaries
No hay comentarios.:
Publicar un comentario