domingo, 29 de septiembre de 2024

DECIMONOVENO DOMINGO DESPUÉS DE PENTECOSTÉS

29 de septiembre de 2024.
Lecturas: Números 11:4–6, 10–16, 24–29.Santiago 5:(1–12) 13–20. Marcos 9:38–50

Cristo Jesús, el Hijo de Dios, cuida de nosotros y nos sirve con el perdón de los pecados

    Cuando el pueblo de Israel lloró, quejándose de que no tenían carne para comer (Núm. 11:4), Moisés clamó al Señor que “la carga de todo este pueblo” era demasiado pesada para él y que “no podía soportar solo a todo este pueblo” (Núm. 11:11–14). 

    Así que el Señor hizo que Moisés reuniera a “setenta hombres de los ancianos de Israel” (Números 11:16), y el Señor “tomó del Espíritu que estaba en él y lo puso sobre los setenta ancianos” (Números 11:25), para que Moisés no llevara la carga solo. Todos los que trabajan así son honrados, y todo el pueblo es cuidado, en el nombre del Señor (Marcos 9:39-41). 

    Todo se hace con referencia a Cristo Jesús. Así que nos aferramos a Él, y huimos de todos los pecados que nos separarían de Él (Marcos 9:42-48). La vida de la Iglesia es una vida de fe arrepentida en Cristo. Los cristianos confiesan sus pecados unos a otros, y “oran unos por otros”, para que cada uno sea levantado y sanado por el Señor Jesús, quien cubre “multitud de pecados” y salva nuestras almas de la muerte (Santiago 5:15-20).

domingo, 22 de septiembre de 2024

DECIMOCTAVO DOMINGO DESPUÉS DE PENTECOSTÉS

22 de septiembre de 2024.
Lecturas: Jeremías 11:18–20. Santiago 3:13—4:10. Marcos 9:30–37

Nuestro Padre cuida de sus hijos con el Evangelio de su Hijo

    El corazón pecador está lleno de “celos amargos y ambición egoísta” (Santiago 3:14), lo que causa hostilidad, peleas y conflictos, incluso entre los que son miembros del Cuerpo de Cristo. ¡Esto no debería ser así! Más bien, Dios “se opone a los soberbios” con Su Ley, para humillarlos hasta el arrepentimiento; Él “da gracia a los humildes”, para exaltarlos con Su Evangelio de perdón (Santiago 4:6–10). 

    Esta verdadera “sabiduría de lo alto” se encuentra en la mansedumbre, misericordia y paz de nuestro Señor Jesucristo, quien se humilló y se sacrificó por la salvación de los pecadores (Santiago 3:17). Él fue “como un manso cordero llevado al matadero”, encomendándose a Dios, su Padre, “que juzga con justicia, que prueba los corazones y las mentes” (Jeremías 11:19-20). 

    Por eso, “después de tres días”, su Padre lo exaltó al resucitarlo de entre los muertos (Marcos 9:31). En el Santo Bautismo, Él toma a discípulos de todas las edades en sus brazos como niños pequeños. Al recibirlo mediante el arrepentimiento y la fe en su perdón de los pecados, reciben de su Padre una participación en la gloria de su cruz y resurrección (Marcos 9:36-37).


viernes, 6 de septiembre de 2024

DÉCIMO SEXTO DOMINGO DESPUÉS DE PENTOCOSTÉS

08 de setiembre de 2024
Lecturas: Isaías 35.4–7a. Salmo 146. Santiago 2.1–10, 14–18. Marcos 7. (24–30) 31–37. 

Jesucristo, nuestro misericordioso Señor y Salvador, hace todas las cosas muy bien.

    El Señor proclama el Evangelio “a los desalentados de corazón” para confortarlos y animarlos con su presencia. Él viene con su graciosa salvación (Is 35.4). Él abre “los ojos de los ciegos” y “los oídos de los sordos”, y suelta “la lengua de los mudos” para que canten de alegría (Is 35.5–6).

    La Palabra proclamada es como “manantiales de agua” en “tierra seca”, vivificando a personas de todas las naciones (Is 35.7). Todo lo que el Señor “ha hecho muy bien” a través de su Palabra y del toque de su mano, para que podamos hablar “sin dificultad” (Mc 7.31–37). 

    Así confesamos la verdad de Dios en Cristo para la gloria de su santo nombre, y lo invocamos en cada tribulación, confiando en que nos oirá y responderá. Así como cada uno es llamado a orar y confesar con su lengua, también “ama a tu prójimo como a ti mismo” (Stg 2.8). 

    Mostremos nuestra “fe en nuestro Señor Jesucristo, el Señor de la gloria”, amando a las personas sin parcialidad. Pues Dios “escogió a los que para el mundo son pobres para que sean ricos en fe y herederos del Reino que prometió a los que lo aman” (Stg 2.1–5).


PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO

30 de noviembre de 2025, Lecturas: Isaías 2:1-5. Romanos 13:11-14. Mateo 21:1-11 o Mateo 24:36-44 El Señor viene con mansedumbre y humildad ...