20 de julio de 2025.
Lecturas: Génesis 18:1–10a (10b–14). Colosenses 1:21–29. Lucas 10:38–42
La Palabra de Cristo es lo único necesario
“El Señor se le apareció [a Abraham] junto al encinar de Mamre” (Gén. 18:1) y recibió su hospitalidad. Pero Abraham recibió la generosa promesa de un hijo. Aunque Abraham y Sara eran muy ancianos, nada es “demasiado difícil para el Señor” (Gén. 18:14).
Su Palabra señaló el momento y cumplió la promesa. De la misma manera, el Señor Jesús “entró en una aldea” y recibió la hospitalidad de Marta (Lc. 10:38). Marta se afanaba con muchos quehaceres porque estaba preocupada y preocupada por muchas cosas (Lucas 10:40-41), pero su hermana, María, sentada a los pies del Señor, escuchaba su enseñanza (Lucas 10:39).Servir por amor no es pecado, pero una sola cosa es necesaria tanto para la fe como para el amor: la Palabra de Cristo (Lucas 10:42). Por lo tanto, los ministros de Cristo son enviados para dar a conocer plenamente la palabra de Dios, el misterio oculto desde los siglos y generaciones, pero ahora manifestado a sus santos (Col. 1:25-26).

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