REFLEXIÓN DEL CUARTO DOMINGO DE PASCUA
25 de abril de 2021
Lecturas: Hechos 4: 1–12. 1 Juan 3: 16–24. Juan 10: 11-18
“Jesús, el Buen Pastor, da su vida por las ovejas”
El Señor Jesús es "el buen pastor" que "da su vida por las ovejas" (Juan 10:11). Su vida no le es quitada, pero la entrega voluntariamente, por su propia voluntad, porque conoce y ama a las ovejas. Como Aquel enviado por el Padre, tiene la “autoridad para dejarlo” y la “autoridad para volver a tomarlo” (Juan 10:18).
Él también lo ha hecho, y ahora continúa amando y sirviendo como el Buen Pastor de las ovejas por la voz de Su Evangelio. Por lo tanto, llama a todas las personas al redil de Su Iglesia, para que haya “un solo rebaño, un solo pastor” (Juan 10:16). Por eso los apóstoles “enseñaban al pueblo y proclamaban en Jesús la resurrección de entre los muertos” (Hechos 4: 2).
Puesto que "en ningún otro hay salvación", su voz resuena hasta el día de hoy a través de la predicación de su nombre, "porque no hay otro nombre debajo del cielo, dado a los hombres, en el que podamos ser salvos" (Hechos 4:12) . Su voz consuela nuestros corazones contra toda condenación y nos da valor para “amarnos unos a otros” y “dar nuestra vida por los hermanos”, como Él dio su vida por nosotros (1 Juan 3:16, 23).
https://www.lcms.org/worship/lectionary-summaries
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