10 de abril de 2022.
Lecturas: Juan 12:12–19 (Procesión del Domingo de Ramos)- Deuteronomio 32:36–39 - Filipenses 2:5–11 - Lucas 22:1–23:56 o Lucas 23:1–56 o Juan 12:20–43
La Cruz y la Pasión de Nuestro Señor Son la Hora de Su Gloria
El Rey de Israel llega a Su gloria real por el camino de la humilde obediencia “hasta la muerte, y muerte de cruz” (Filipenses 2:8). Él “va como está determinado” (Lucas 22:22), según las Escrituras, sometiéndose voluntariamente al plan de Su Padre para la salvación de los pecadores.
“Por lo cual Dios lo exaltó hasta lo sumo y le otorgó el nombre que es sobre todo nombre” (Filipenses 2:9). Su sufrimiento y muerte abren el camino del arrepentimiento para el perdón de los pecados porque Él va a la cruz llevando los pecados del mundo.
En Su resurrección, Dios Padre vindica a Su pueblo y tiene compasión de Sus siervos (Deut. 32:36). Él mata para dar vida; Él hiere para curar. En memoria de Él, alabamos a Dios, confesando “que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre” (Fil. 2:11).
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