14 de enero de 2024.
Lecturas: 1 Samuel 3:1–10 (11–20). 1 Corintios 6:12–20. Juan 1:43–51
El Señor Dios está contigo y se revela a ti mediante la predicación de su Palabra
El Señor Jesús llama a Felipe y Natanael a “venir y ver” que Él es “el Hijo de Dios” y “el Rey de Israel” (Juan 1:43–49). Y verán aún “cosas mayores que éstas” (Juan 1:50). Porque su cuerpo es templo de Dios en la tierra, y por su sacrificio sacerdotal los cielos se abrirán a todos los que crean y sean bautizados en él.
Por lo tanto, Él llama a Felipe y Natanael, primero para escuchar Su Palabra y luego para hablar como apóstoles, así como una vez llamó a Samuel y lo estableció “como profeta de Jehová” (1 Sam. 3:20). Así como el Señor estuvo con Samuel “y ninguna de sus palabras cayó a tierra” (1 Sam. 3:19), Él también acompaña y sostiene a los predicadores de Su Palabra en nuestros días.
Así, por el Evangelio que os es predicado, “vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo que está dentro de vosotros” (1 Cor. 6:19). Ya que tu cuerpo pertenece al Cuerpo de Cristo, está destinado “para el Señor” y será resucitado como Él, ahora “glorifica a Dios en tu cuerpo” (1 Cor. 6:13-20).
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